AMMAR



Empezaron a reunirse a fines de 1994. En 1995 se sumaron a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), lo que hizo posible que conozcan otras realidades y abandonen la auto-marginación, al reconocerse a ellas mismas como trabajadoras.


Desde 1997 integraron la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), que tiene como objetivo apoyar y fortalecer a las organizaciones de mujeres trabajadoras sexuales en la defensa y promoción de sus derechos humanos. La Red está compuesta por 15 países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.


Su historia como trabajadoras sexuales organizadas les demostró que no solo pueden denunciar, sino que pueden ser ellas mismas quienes luchen por transformar una realidad de abuso, explotación y discriminación. Aprendieron y desarrollaron la capacidad de gestión necesaria para el crecimiento institucional y se fortalecieron en la búsqueda constante por hacer efectivos sus derechos. Las trabajadoras sexuales tienen derechos básicos que las asisten como seres humanos, como mujeres y como trabajadoras.





El Proyecto Ammar se fundamenta en la auto-organización de un sector de mujeres que han sido excluidas, discriminadas, marginadas y sometidas históricamente a todo tipo de maltratos. Buscan fortalecerse mediante la defensa de la libertad laboral a través de conocer y ejercer sus derechos humanos y de generar estrategias para el cuidado de su salud integral. Las trabajadoras sexuales de Ammar son mujeres adultas, que ejercen este trabajo por consentimiento propio y de manera autónoma. Las Trabajadoras Sexuales son triplemente marginadas: por ser mujeres, por ser pobres y por ser trabajadoras sexuales.










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